EL ORIGEN DEL TERROR
por Martín Morales
Tan sutil como aterradora y tan polémica como divisiva, "The Witch" es una de esas propuestas que merece ser vista en una sala de cine, no solo para apreciar en pantalla grande lo realizado aquí por Robert Eggers, sino para compartir con otros espectadores la experiencia y ser testigo de sus reacciones. Una inquietante cinta que no dejará indiferente al público.
Luego de ser echados de la colonia por brujerías, una familia integrada por siete personas se instala en medio del bosque. Una tarde, el hijo menor desaparece y las miradas empiezan a ser dirigidas hacia la hermana mayor, acusada de ser la bruja que los está llevando a la perdición.
"The Witch" no es una película que posee los típicos trucos que utiliza el género para asustar, ni tampoco tiene similares construcciones narrativas. El espectador debe saber que aquí no hay sustos basados en golpes de sonido ni en crudas imágenes que aparecen frente a la pantalla con la única intención de asustar al espectador. Si estás buscando una película con fantasmas, objetos que se mueven o saltos en la butaca, está NO es una película para ti. Es un relato más clásico, donde se priorizan los silencios y la construcción de atmósferas paranoicas y perturbadoras. Hay sangre y varias cosas desagradables de ver, pero el miedo aquí no se basa en lo visual, sino en la creación de climas incómodos para el público.
El trabajo de Eggers dirigiendo este relato es soberbio, no solo en lo estético (hay planos hermosos, juegos de cámaras que asombran y un uso de la música que le impregna mucha personalidad a la narración), sino también por lo logrado con cada personaje. El guión está muy bien escrito. Es escalofriante saber que muchos de los diálogos fueron sacados diectamente de testimonios reales de personas de aquella época. Mientras los minutos van pasando algunos secretos se van descubriendo y el espectador empieza a sentirse parte de algo mucho más grande y diabólico. Los animales poseen un protagonismo muy importante y el director logró maravillosas tomas de cada uno de ellos (la cabra... ¡LA CABRA!).
Las actuaciones son perfectas. Cada niño logró darle ese toque de inocencia pero también de misterio a su personaje, mientras que Anya Taylor-Joy se destaca como la protagonista y Ralph Ineson invoca a un rígido padre de familia.
Con quince minutos finales sobresalientes (la secuencia dentro del establo es perfecta), con muy buenas interpretaciones, con una hermosa fotografía y con una crueldad que va más allá de la sangre derramada en pantalla, "The Witch" es una fábula religiosa que no gustará a todo el mundo, pero que cinematográficamente es un espectáculo único y muy original.
Luego de ser echados de la colonia por brujerías, una familia integrada por siete personas se instala en medio del bosque. Una tarde, el hijo menor desaparece y las miradas empiezan a ser dirigidas hacia la hermana mayor, acusada de ser la bruja que los está llevando a la perdición.
"The Witch" no es una película que posee los típicos trucos que utiliza el género para asustar, ni tampoco tiene similares construcciones narrativas. El espectador debe saber que aquí no hay sustos basados en golpes de sonido ni en crudas imágenes que aparecen frente a la pantalla con la única intención de asustar al espectador. Si estás buscando una película con fantasmas, objetos que se mueven o saltos en la butaca, está NO es una película para ti. Es un relato más clásico, donde se priorizan los silencios y la construcción de atmósferas paranoicas y perturbadoras. Hay sangre y varias cosas desagradables de ver, pero el miedo aquí no se basa en lo visual, sino en la creación de climas incómodos para el público.
El trabajo de Eggers dirigiendo este relato es soberbio, no solo en lo estético (hay planos hermosos, juegos de cámaras que asombran y un uso de la música que le impregna mucha personalidad a la narración), sino también por lo logrado con cada personaje. El guión está muy bien escrito. Es escalofriante saber que muchos de los diálogos fueron sacados diectamente de testimonios reales de personas de aquella época. Mientras los minutos van pasando algunos secretos se van descubriendo y el espectador empieza a sentirse parte de algo mucho más grande y diabólico. Los animales poseen un protagonismo muy importante y el director logró maravillosas tomas de cada uno de ellos (la cabra... ¡LA CABRA!).
Las actuaciones son perfectas. Cada niño logró darle ese toque de inocencia pero también de misterio a su personaje, mientras que Anya Taylor-Joy se destaca como la protagonista y Ralph Ineson invoca a un rígido padre de familia.
Con quince minutos finales sobresalientes (la secuencia dentro del establo es perfecta), con muy buenas interpretaciones, con una hermosa fotografía y con una crueldad que va más allá de la sangre derramada en pantalla, "The Witch" es una fábula religiosa que no gustará a todo el mundo, pero que cinematográficamente es un espectáculo único y muy original.
CALIFICACION: 9/10
